Los queloides: qué son, por qué se forman y cómo tratarlos
Queloide Foto: EnfoqueNoticias.es

Los queloides son cicatrices que se desarrollan debido a una respuesta exagerada del tejido a una herida, lo que provoca un crecimiento anormal en la piel. Este tipo de cicatriz se distingue por su tamaño, consistencia endurecida y, muchas veces, por su color, que puede variar del rosado al marrón oscuro, dependiendo del tipo de piel. Aunque los queloides no representan un riesgo para la salud, pueden afectar estéticamente, causar incomodidad y en ocasiones dolor, lo que lleva a muchas personas a buscar opciones para reducir su tamaño o apariencia.

¿Qué son los queloides?

Los queloides son un tipo de cicatriz que crece más allá de los límites de la herida original. A diferencia de las cicatrices normales, que tienden a reducirse y aplanarse con el tiempo, los queloides pueden seguir creciendo durante meses o incluso años. En algunas personas, pueden extenderse mucho más allá de la herida, generando una apariencia abultada. Además de su aspecto, los queloides suelen ser duros al tacto y en algunos casos pueden presentar picazón, sensibilidad o dolor.

Este tipo de cicatrización se produce debido a una sobreproducción de colágeno durante la fase de reparación de la piel. En un proceso de cicatrización normal, el cuerpo produce colágeno para reparar el área dañada y, una vez cumplido su objetivo, este proceso se detiene. Sin embargo, en el caso de los queloides, la producción de colágeno se mantiene activa por más tiempo, creando una cicatriz que sobresale de la piel y adquiere un aspecto elevado.

¿Por qué se forman los queloides?

Las causas exactas de los queloides no se comprenden por completo, pero existen factores que pueden predisponer a algunas personas a desarrollarlos. Entre las principales razones se encuentran:

  1. Predisposición genética: La genética es determinante; quienes tienen antecedentes familiares de queloides son más propensos a desarrollarlos. Esto es más común en personas de piel más oscura, como aquellas de ascendencia afroamericana, hispana o asiática.
  2. Tipo de lesión: Los queloides suelen aparecer en áreas donde ha habido algún tipo de lesión, como cortes, quemaduras, perforaciones (piercings), intervenciones quirúrgicas o incluso tatuajes. También pueden aparecer tras problemas de piel como acné severo o varicela.
  3. Zona del cuerpo: Algunas zonas son más susceptibles, especialmente el pecho, la espalda, los hombros y los lóbulos de las orejas.
  4. Edad: Aunque los queloides pueden desarrollarse a cualquier edad, son más comunes en personas jóvenes, en especial entre los 10 y 30 años. Esto se debe a que en esta etapa la piel tiene una mayor capacidad de regeneración, lo cual aumenta el riesgo de una sobreproducción de colágeno.

Síntomas de los queloides

Los queloides son fácilmente identificables por su apariencia y pueden presentar síntomas como:

  • Cicatriz elevada que se extiende más allá de la herida.
  • Coloración que varía de rosado, rojo o marrón.
  • Textura endurecida y fibrosa.
  • Picazón o sensibilidad.
  • En algunos casos, dolor o molestias en la zona afectada.

Tratamientos para los queloides

Existen diferentes opciones para tratar los queloides, aunque su efectividad varía según la persona y la extensión de la cicatriz. Algunos métodos pueden reducir su tamaño, mejorar la apariencia o aliviar las molestias:

  1. Corticoides: Las inyecciones de corticoides, como la triamcinolona, son uno de los tratamientos más habituales para reducir el tamaño y la inflamación de los queloides. Este tratamiento suele realizarse en varias sesiones y requiere tiempo para ver los resultados.
  2. Crioterapia: Este procedimiento utiliza nitrógeno líquido para congelar el tejido del queloide y reducir su tamaño. Puede ser útil en queloides pequeños, pero a menudo debe combinarse con otros tratamientos.
  3. Láser: La terapia con láser puede ayudar a reducir el enrojecimiento y suavizar la textura de los queloides. Esta técnica no siempre reduce el tamaño de la cicatriz y suele ser más efectiva en combinación con otros métodos.
  4. Cirugía: En algunos casos, se puede recurrir a la cirugía para extirpar el queloide. Sin embargo, la cirugía conlleva el riesgo de que el queloide vuelva a aparecer, a veces en mayor tamaño. Para reducir este riesgo, se pueden combinar técnicas adicionales, como inyecciones de corticoides o radioterapia postoperatoria.
  5. Radioterapia: En casos difíciles, la radioterapia se puede utilizar después de la cirugía para evitar que el queloide reaparezca. Este método es más común en casos graves y cuando otros tratamientos no han dado resultado.
  6. Gel de silicona y vendajes compresivos: Los geles o placas de silicona se pueden aplicar en el queloide para reducir su tamaño y suavizar su textura. Los vendajes compresivos también son útiles en ciertas áreas del cuerpo, especialmente en los lóbulos de las orejas.
  7. Terapia con interferón: El interferón es una proteína que el cuerpo produce naturalmente como respuesta a infecciones y otros estímulos. Se ha probado como tratamiento para reducir el tamaño de los queloides, aunque su efectividad aún está en estudio y no es un método común.

Prevención de los queloides

Para las personas predispuestas a desarrollar queloides, existen algunas recomendaciones que pueden ayudar a prevenirlos. Estas incluyen evitar procedimientos estéticos innecesarios, como piercings y tatuajes, especialmente en zonas susceptibles. También es fundamental cuidar adecuadamente las heridas y consultar a un profesional si se nota una cicatrización anormal en sus primeras etapas. Además, el uso de geles de silicona o vendajes compresivos desde las primeras etapas de cicatrización puede ayudar a reducir la probabilidad de que se forme un queloide.

Los queloides representan un desafío tanto estético como emocional para quienes los padecen. La búsqueda del tratamiento adecuado puede ser frustrante, ya que los resultados varían considerablemente entre personas. Sin embargo, conocer las opciones de tratamiento y los métodos de prevención puede ayudar a mejorar la calidad de vida de aquellos que viven con queloides. Como en muchos aspectos de la salud de la piel, la consulta con un profesional y la elección de un enfoque adaptado a cada caso son fundamentales para lograr los mejores resultados.

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